Gracias a un fuerte temporal de Levante me encuentro en dique seco, lo que aprovecho para echar un vistazo desde mi atalaya y de paso echar un ojo a las bitácoras de otras naves que frecuento.
De difícil solución política es la salida estadounidense de Irak. El General Pace, a punto de ser sustituido, quiere dar un aldabonazo en las conciencias de Washington y parece que lo consigue. Pero el Comandante de las Fuerzas sobre el terreno, General Petraeus, se inclina por mantener el esfuerzo actual.
Compleja tesitura, aunque parece lógico pensar que mientras haya determinación política de permanecer en Irak, se deberá mantener el esfuerzo militar adecuado para la consecución de la seguridad requerida.
Lo contrario -mantener la decisión política sin el esfuerzo militar suficiente- es siempre una canallada para los combatientes; nosotros podemos dar lecciones magistrales sobre estas situaciones: Cuba, Filipinas, Marruecos, Sahara, Ifni…
La otra opción es acabar con la determinación política de permanecer en Irak y por tanto reducir las tropas. Ésta creo que, de momento, no es opción para la administración Bush puesto que el gobierno títere de de Al Miliki no tiene suficiente control –ni siquiera somero- sobre el país y una salida adelantada, además de ser percibida en muchos ámbitos como un derrota, sería la espoleta de un conflicto regional a gran escala que a nadie beneficiaría.
Es en este punto donde los partidarios de la partición de Irak ganan adeptos, una solución inverosímil para casi todos, pero que realmente empieza a ser de las pocas transitables sobre el terreno.
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De confirmarse la noticia de que hay ocho kilos de uranio perdidos en el limbo de los injustos, habrá que extremar las precauciones. Hoy en día existen métodos de detección de materiales radiactivos muy precisos y versátiles. Aunque costosos, nada en comparación con lo que pueden llegar a prevenir. La iniciativa global contra el terrorismo nuclear (GINCB) echó a andar hace un año y ya hay voces que advierten de que sin fondos todo quedará en agua de borrajas.
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Tres soldados británicos han muerto en Afganistán por fuego amigo aéreo. Sin aventurarme en las circunstancias de tan trágico suceso, sí quisiera recordar que por la lejanía de las misiones efectuadas por ISAF de las bases respectivas es fundamental contar con apoyo aéreo para solucionar incidencias lejanas a las que las QRF terrestres pueden tardar de 12 a 20 horas en llegar. Pero para tener control efectivo de los apoyos aéreos se necesitan TACPs desplegados con las unidades de misión. España así lo hace, y ha demostrado ser un método efectivo hasta ahora.
En la foto TACP/FAC español en Afganistán.
Me extraña no encontrar eco de las palabras del General Pace en los medios militares estadounidenses, blogs, forums, etc. A lo mejor nosotros le damos más importancia que los estadounidenses.
ResponderEliminarLas bajas por fuego amigo son difíciles de solucionar, la introducción de sistemas BIFF a todos los niveles está aún muy lejana. Una solución como la que tú planteas puede contribuir a reducir de manera significativa esas bajas.
Por cierto, que los ingleses en Iraq y Afganistán ya han tenido unas cuantas bajas por el fuego de los estadounidenses.
En realidad Pace no hace más que reiterar lo ya dicho anterormente, que la presencia en Irak maniata estrategicamente a EEUU en las respuestas a otras amenazas que quizás son más directas (él es un convencido de la necesidad de un ataque a Irán.
ResponderEliminarEl problema de TACPs es idéntico al de BIFF (la disponibilidad para las pequeñas unidades). No sé hasta que escalon llevan los ingleses TACPs.Puede que dado el el mayor número de misiones que ejecutan ellos, los TACPs atiendan a un porcentaje menor de patrullas. Desde luego ellos -como nosotros- tienen un problema de escasez de estos equipos y es que la doctrina tradicional establece uno a nivel Bon.