Sarkozy pisa el acelerador en política exterior, aplica principios simples a situaciones complejas, y parece que no con desacierto en Francia; sin embargo la ampliación del Consejo de Seguridad y del G8 -tareas necesarias- serán muy difíciles de acordar; habrá que ver su reacción en estos terrenos en los que las mayorías absolutas no valen y todos se negocia entre iguales. ¿Y España qué? ¿Nos olvida?.
Aquí lo del G8 no interesa, bueno primero interesó pero finalmenteno no. Con tanto cambio de rumbo son inevitables los bandazos y los golpes de mar.
El futuro de nuestra política exterior es incierto, como el presente. Quizás una segunda legislatura mejorase la marca, a mí permitanme dudarlo. No hay duda, al Presidente Zapatero no le gusta la acción exterior del Estado, pero le guste o no, es la pata clave de ésta. Y la está dejando terriblemente coja con sus ausencias.
Y si hay primera legislatura del PP, nos esperan otros cuatro años de asuntos internos.
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