Blog de seguridad y defensa
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jueves, 26 de marzo de 2009

Sin estrategia nacional ergo Kosovo.


Para el que conozca en profundidad la historia balcánica reciente -y recalco "en profundidad"-todo esto de Kosovo, los fondos y las formas, no resulta más que un hilarante capítulo más de la tramoya incoherente con la que llevamos actuando en los Balcanes desde 1995. Un cúmulo de despropósitos que España ha conseguido llevar al rídiculo gracias a su maldito y ya legendario ensimismamiento. Ese ensimismamiento que nos impulsa a interpretar todo lo acontecido desde la miope contemplación de nuestros propios ombligos. Ese pertinaz e inculto ensimismamiento que, de vez en cuando, hace que me avergüence profundamente de la nación en la que vivo.

Mientras
nosotros andamos aquí con nuestras cuitas intestinas habituales -y la ya tradicional idiocia política imperante campa a sus anchas entre salones, despachos, interpelaciones y moquetas-, las sirenas antiaéreas sonaron anteayer en toda Serbia para recordar el décimo aniversario del inicio de los bombardeos aéreos de la OTAN en 1999 sobre su territorio . Bombardeos que causaron más de 3.000 muertos y que pusieron fin al dominio serbio sobre Kosovo. Bombardeos intensivos que fueron llevados a cabo por aviones que en sus alas llevaban, entre otras banderas, la española.

Era 1999, gobernaban en España otros que ahora son oposición, y la oposición de entonces es el hoy partido gobernante; el hoy Alto Representante de la UE era Secretario General de la OTAN y tanto CiU como CC y el PNV aplaudían con entusiamo al unísono la caída de las bombas de racimo que Javier Solana ordenó lanzar sobre la entonces RFY (Serbia+Montenegro+Kosovo). Todo ello pese a que en ese momento no había ningún respaldo "legal" de NNUU para la operación. Sí, así fue. En Kosovo se entró sin respaldo alguno de NNUU. Es más, nosotros, los pacíficos españoles, bombardeamos un estado soberano, la República Federal Yugoslava, con nuestros aviones de combate sin que hubiese intermediado agresión previa alguna por su parte. Hoy esto nos parecía impensable.

Para los españoles que en esa primavera del 99 estaban en una misión también de la OTAN en Bosnia i Herzegovina, SFOR, ( y más concretamente en zona serbia de BiH), aquello supuso un problema tremendo. Después de llevar 4 años intentando ganarse a la población serbia de Bosnia en una supuesta "misión de paz", nuestros aviones bombardeaban a los serbios de Montenegro a apenas 20 km de la ciudad bosnio-serbia de Trebinje. Cuando los habitantes serbo-bosnios de la zona lo supieron, cargaron, lanzaron granadas y dispararon contra todo aquel que tuviese algo que ver con la OTAN y por supuesto con España. Las unidades, las ONGs, la NNUU, la OSCE y todo aquello que oliese a "internacional" se tuvieron que replegar a las bases y encerrarse hasta que se pasaron los bombardeos. Aquel fue otro divertido y poco conocido episodio de nuestras "operaciones de paz" en el exterior.

La localidad serbo-bosnia de Trebinje. Al otro lado de estos montes aviones españoles bombardeaban Montenegro mientras a este lado nuestras fuerzas estaban en "misión de paz".

Por eso entenderan que todo esto de las legalidades internacionales, de las independencias, de la coherencia en materia diplomática y del uso de las FAS como herramienta de la acción exterior del estado me suena a la más absoluta y ridícula farsa. Cuando los que apelan a ella son los "pacíficos" y "legales" socialistas o cuando la santifican los "guerreros" y "leales" populares. Una profunda y singular farsa que utilizan a conveniencia unos y optros para sus miserias morales e intelectuales.

Lo que allí empezó con aquellos bombardeos un gobierno del PP -jaleado por todos- al amparo y bajo mando del socialista Solana, estaba claro que acabaría con la secesión kosovar antes o después. Si hubo entonces un error de cálculo al decidir participar o fue simplemente incapacidad prospectiva, no lo sabremos nunca. El Sr. Piqué hace tiempo que admitió lo primero.

Lo que ahora ha hecho un gobierno del PSOE retirándonos de la misión de la OTAN KFOR, mostrando miedos secesionistas internos párvulos, y confundiendo los Balcanes con un Kosovo que ni siquiera Serbia está ya dispuesta a defender, sólo ha servido para dejarnos utilizar por Rusia como una cuña más en su empeño de desactivación de la Alianza Atlántica. España, supuesto peón ilustre de las blancas, se ha dejado utilizar como peón de las negras en la partida de ajedrez que Rusia libra con la OTAN en la esquina balcánica del tablero. Y dudo que haya alguna contrapartida energética jugosa que enjuague semejante traición.

Por todo ello es por lo que este observador ni comparte la forma ni comparte el fondo de lo que estamos haciendo. El fondo ha sido un desopropósito trás otro desde 1999. La forma ha sido desgraciada, oportunista, injustificable e incomprensible. Un tremendo error. Errores que son posibles gracias a que este país no tiene -ni se espera- una Estrategia Integral de Seguridad y Defensa definida y conocida, una estrategia escrita y pública que obligue a nuestros párvulos gobernantes a no improvisar y a ceñirse a un guión meditado, acordado en el medio y largo plazo, y por el que nos puedan entender e interpretar nuestros socios y aliados.

Con todo, nuestra postura entre dos aguas -el no reconocimiento del estado kosovar y la simultánea permanecia en la fuerza KFOR- he de reconocer que nos había colocado en una buena posición estratégica. Nos acercaba en espíritu a Serbia y Rusia pero nos mantenía solidariamente unidos a nuestros aliados más estrechos -UE y EEUU- de facto. Incluso sobre el terreno era útil nuestra posición para la misión internacional pues la población serbo-kosovar nos respetaba y prefería que sus enclaves fuesen protegidos por tropas españolas antes que por tropas de cualquier otro país de la OTAN que ellos señalaban como traidores a sus intereses y responsables de sus desgracias -léase franceses, italianos, alemanes, británicos y estadounidenses-. Pero finalmente todo ello se viene abajo con nuestro absurdo repliegue unilateral.

La abadesa Anastasia y la hermana Euphemia son protegidas por fuerzas francesas tras el ataque al monasterio ortodoxo de Devic (Kosovo) en 2004.

Nuestra
política exterior hace años que es un barco sin rumbo claro; un barco que unas veces abandona las aguas europeas para adentrase en las aguas norteamericanas sin mirar atrás y al poco tiempo vira en redondo y abandona las mismas calmadas aguas europeas para navegar a toda máquina hacia las gélidos mares rusos. Entenderan que de este modo el resto del tráfico internacional marítimo se aparta ante la visión de semejante buque sin gobierno. Desgraciademente con ello estamos retornando a lo peor de la España del siglo XIX.

Afortunadamente aún quedan en España algunos destellos de vida inteligente. Todavía se pueden leer algunas opiniones expertas discordantes y algunas críticas justificadas y autorizadas entre el vociferio generalizado.

Espero que sepan disculpar el tono duro de esta entrada, ya dije en "De vehículos de patatas y estados nonatos fallidos" que cualquier asunto relacionado con los Balcanes lo único que me produce es que se me suba el nublao a la cabeza, como a Pérez Reverte. Se me hincha la vena oigan, qué le voy a hacer.

Hablando de Pérez Reverte, del putiferio nacional y los nublaos que se me suben a la cabeza de vez en cuando, recomiendo no perder detalle de "Treinta y seis aguafiestas". Los detalles de mi interés sobre este asunto ya los relaté hace tiempo en este observatorio.

lunes, 11 de agosto de 2008

El gambito letón.

El Gambito Letón es una apertura de ajedrez tremendamente agresiva. Se basa en tentar al oponente con la posibilidad de comerse fácilmente un peón del flanco propio obligándole a cambiarlo por uno de su línea central. De ese modo, el ataque por el centro de la línea adversaria es más fácil. Si el oponente opta por el intercambio, su posición se debilita mucho pues la lucha en el centro le perjudica. Si no lo hace, y sigue lo suyo, la jugada es baldía y el que la comenzó puede estar en apuros.

Pues bien, los acontecimientos parecen indicar que Georgia ha optado por un Gambito Letón en Osetia del Sur. Su estrategia parece ser el adelantar sus líneas de control territorial tanto como sea posible en Osetia y Absajia para intentar ofrecer unas rápidas tablas al adversario cuando su posición de ventaja respecto al inicio del conflicto sea aún apreciable. No hay que olvidar que esta posición inicial georgiana era la total pérdida de facto de ambas regiones. Cualquier avance en su control territorial de las regiones ya perdidas es una posición más ventajosa a la hora de negociar. La operación croata de agosto del 95 llamada Tormenta sobre la escindida Krajina serbia obtuvo esos resultados en las posteriores negociaciones de Dayton.


Pero parece que Rusia ha leído bien la jugada –no en vano tiene a los mejores ajedrecistas del mundo- y va a ir más allá de un rápido alto el fuego. La estrategia rusa parece ser el golpear la retaguardia contraria para obligar a retroceder a todas la unidades georgianas que hayan podido obtener posiciones más avanzadas que las que permitía el status quo inicial, sin tener que enfrentarse con ellas sobre el terreno. De ese modo, una vez reestablecida la situación inicial y sin un solo objetivo alcanzado tras la ofensiva georgiana, las negociaciones serían ya tremendamente favorables a las causas rusa, suroeta y absaja. Sin hablar de las fatídicas consecuencias políticas que seguro una claudicación como esa tendría en la actual -y muy prooccidental- administración georgiana.

¿Y qué puede hacer –o tener previsto- Georgia ante esta situación? Pues es difícil de decir, quizás una aceptación honrosa de la derrota –opción poco probable a mi juicio- o quizás alimentar una guerra insurgente en los territorios que vaya dominando Rusia –opción que es realmente exigente-. Ni que decir tiene que montarle a los rusos un Irak -o un Afgansitán- en Osetia del Sur es una opción muy destructiva para la región, pero es una clara opción de hacer mucho daño a Rusia a un precio relativamente moderado. Ya todos sabemos que las victorias tácticas rápidas se pueden convertir en absolutos fiascos estratégicos a la larga.

O quizás nada de lo anterior. Quizás Georgia ha cometido un tremendo error de cálculo que va a pagar caro.

De momento Rusia empieza a aparecer en los medios de comunicación occidentales como una potencia agresora, alejándola de las más cercanas cancillerías europeas. Desde luego son los EEUU los que, en esta tesitura, se frotan los ojos –y las manos quizás- con tanta confusión.

sábado, 9 de agosto de 2008

Jaque a la dama rusa.

Ante la extrañeza internacional generalizada la guerra en Osetia del Sur ha estallado. Georgia ha logrado la siempre difícil sorpresa estratégica y ha encontrando a los separatistas osetos –y sus protectores rusos- con la guardia baja. El que golpea primero…

Y es que nadie pensaba que Georgia pudiese atreverse a tanto. Realmente sus cálculos políticos son complicados de entender. Con esta acción parece obligar a Rusia a emplear sus FAS en apoyo de sus aliados secesionistas, prácticamente no dejándola otra salida posible. Sin embargo hay que pensar que el presidente Saakashvili ha calculado sus opciones detenidamente antes de lanzarse a esta acción militar.

Si intentamos señalar algunas variables que pueden haber tenido algún peso en la decisión final, podríamos pensar en las siguientes:

- La progresiva pérdida de control que el gobierno georgiano había ido sufriendo frente al gobierno títere pro-ruso de Osetia del Sur que era ya prácticamente independiente. En realidad, con las tropas rusas “de paz” allí estacionadas, Osetia ya había cortado relaciones con el gobierno georgiano hacia tiempo.

- El espaldarazo que dio la OTAN – a instancias de EEUU- a Georgia y Ucrania en su última cumbre abriéndoles ya el camino para el ingreso. Rusia es tremendamente agresiva contra la expansión de la OTAN, pero aún la respeta militarmente. Y Ucrania-Moldavia es otro frente que Rusia quizás no querría/podría ver en llamas a la vez que el osetio. Antes de decidir su respuesta deberá valorar cómo reaccionarán sus otros satélites.


- El próximo cambio de administración en EEUU por una probablemente de signo demócrata, seguro menos entusiasmada con proseguir la expansión de los aliados nor-atlánticos al este. Si Georgia estaba decidida a una intervención, cuando antes en el calendario electoral estadounidense mejor.

-La actitud de prepotencia in crescendo de Rusia en sus relaciones con lo que ellos denominan su exterior cercano –el círculo postsoviético-, que la está reforzando en el ámbito internacional sin precio alguno a cambio. Rusia ha mantenido una actitud de protectorado que nadie le había conferido, y Georgia es la que está en mejores condiciones de todas las ex repúblicas para sacudírselo.
- La debilidad en la que aún están las FAS rusas. Las presuntas fuerzas de paz que tenía estacionadas Rusia en la región eran exiguas y, pese a su discurso de superpotencia, Rusia no tiene sus lanzas adecuadamente preparadas para una guerra de verdad. Al menos no en el corto plazo.

-La sensibilización de la sociedad rusa contra las guerras libradas en territorios que no sean el ruso. Afganistán dejó una huella indeleble en las conciencias de la extinta URSS (especialmente Rusia y Ucrania, de donde procedían la mayor parte de los muertos). Una guerra larga, en un país extranjero, es un bocado difícil de digerir para cualquier sociedad moderna, incluso la rusa.

- Y finamente, cómo no, la vecina y nunca acabada guerra de Chechenia. Otro foco que podría intentar aprovechar el incendio vecino para volver a las andadas y hacer de nuevo mucho daño a Rusia. El retén militar que Rusia mantiene allí permanentemente no es baladí.

Si se unen todas estas variables –y sus múltiples derivadas- se puede llegar a concluir que para Georgia era mejor actuar antes que después. Cada día que pasaba le conducía de lleno a la misma posición en el tablero a la que llegó Serbia en la partida por Kosovo: una pérdida total de facto de un territorio que de iure les pertenecía. .

Una situación que, tarde o temprano, llevaría a Osetia del Sur a una anexión a la madre Rusia con el reconocimiento parcial de algunos aliados/amigos rusos. Una situación que, tarde o temprano, se solucionaría en una cumbre bilateral ruso-estadounidense con el intercambio de peones de los reconocimientos mutuos de Kosovo y Osetia del Sur de acuerdo a los hechos ya consumados. Por supuesto todo ello amparado por el “muy noble” principio de derecho internacional del "doble rasero" (Rusia defiende la integridad territorial de Serbia, pero no la de Georgia; EEUU defiende la integridad territorial georgiana, pero no la serbia).

Es esta posibilidad ante la que parece que Georgia ha reaccionado huyendo hacia delante y atacando la dama rusa con todas sus piezas.

Aún con todo, admitiendo que Georgia tiene argumentos de cálculo político para desencadenar la acción militar, el envite es muy arriesgado. Y es muy arriesgado porque parece que no le deja otra opción a Rusia más que la escalada, el desencadenar una verdadera ofensiva en toda regla y forzar un alto el fuego en condiciones ventajosas.

Quizás Georgia –previa consulta con EEUU- cree que Rusia no se involucrará de lleno en una guerra exterior, es discutible. Quizás Rusia no pueda dejar pasar esta ocasión para anexionarse Osetia definitivamente por la fuerzas de las armas y demostrar que no sólo tiene discurso sino también garras de superpotencia, también discutible. Lo que está claro es que ni la asfixiada OTAN, ni la inoperante UE, jugarán más que de correveidiles –con cargo a los bolsillos ajenos- en este conflicto. Y por supuesto la ONU ni está ni se la espera.

En todo caso una posible jugada maestra de EEUU que, sin involucrarse mucho, podrá bendecir otra guerra en el patio trasero ruso como ya hizo años atrás en Afganistán con la mucho más poderosa URSS.

Quizás a estas horas los asesores del Kremlin están echando humo haciendo cálculos del coste económico/e´nergético/electoral/militar de esta guerra por sorpresa. Los georgianos en eso ya les deben llevar ventaja. Quizás también los yankees.

Pero así es la guerra: un enfrentamiento de cálculos y voluntades con resultado siempre incierto… para todos.

sábado, 2 de agosto de 2008

Macabros Via Crucis.

Por fin una foto de Karadzic ante el Tribunal Penal para la Antigua Yugoslavia. Al verle afeitado y con el pelo arreglado, viejo y preso, se empieza a cerrar un capítulo del ignominioso libro que algunos escribieron en ese lugar que un día se llamo la Eslavia del Sur.

Ojalá Serbia consiga salir con paso firme de esta Vía Dolorosa en el que, entre todos-los serbios incluidos-, la hemos instalado.


En la otra cara de una ficticia y siniestra moneda un capítulo distinto es el que hoy se reabre para muchos, aquí en nuestra tierra, al ver salir libre a una alimaña carnicera condenada a 3000 años de carcel. Capítulo del que se desconoce el final pero que, en todo caso, es y será también muy doloroso.

Dolor y rabia que sólo las Madres consiguen superar durante el macabro Vía Crucis que les toca andar.

miércoles, 23 de julio de 2008

Perros de la guerra.

Karadzic y Mladic.

En octubre de 2000, en una revuelta liderada por Zoran Djindjic, Slodoban Milosevic fue derrocado como Presidente de la República Federal Yugoslava. Menos de un año después –en junio de 2001- fue conducido hasta la base estadounidense en Tuzla (norte de Bosnia) y consignado allí a los valedores del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY).

El gobierno serbio de Djindjic se deshizo de Milosevic unas horas antes de celebrarse la conferencia internacional de donantes prevista en Bruselas para el día siguiente. Estaban en juego 200.000 millones de pesetas de la época, así es que las autoridades de Belgrado prefirieron entregar a Slobo antes que arriesgar la ayuda internacional. El Tribunal Constitucional Yugoslavo había congelado horas antes la extradición, pero el Ejecutivo serbio de Djindjic desautorizó la medida «porque los jueces fueron designados en tiempos de Milosevic y trataban de ayudarlo». Casi cinco años después Slobo moriría completamente solo en su celda de La Haya.

Pero Djindjic y Milosevic no fueron siempre los enemigos que uno podía imaginar a tenor de lo anterior. Djindjic se apoyó en mafias, militares y unidades policiales, otrora afectas a Milosevic, para derrocarle y además, mantuvo durante casi una década abiertos de par en par sus canales de contacto con éste.

Dos años después de la extradicción, el primer ministro Djindjic fue asesinado por un francotirador que le disparó dos tiros en el tórax cuando entraba en el edificio sede del Gobierno, en el centro de Belgrado. Según la acusación, Djindjic fue víctima de la poderosa mafia belgradense conocida como "el clan de Zemun" y sus colaboradores en los servicios secretos y en la luego disuelta Unidad de Operaciones Especiales (JSO) de la Policía. Como autor del asesinato fue condenado Zvezdan Jovanovic, entonces subcomandante de la JSO, y como cerebro y organizador se condenó a Milorad Lukovic alias Legija ("Legionario"), antiguo comandante de esa unidad de comandos y uno de los cabecillas del clan mafioso.


Lukovic "el legionario".

Lukovic tomó su apodo legionario de su tiempo de servicio en la legión extranjera francesa, de la cual desertó en 1992 para volver a Bosnia y unirse a los tigres de Arkan, la peor y más salvaje unidad paramilitar serbo-bosnia, responsable de las matanzas de croatas en Vukovar y la Krajina y de bosniacos en Zvornik y Brčko. El legionario se enfrentó combatiendo en la Krajina al General croata Ante Gotovina que arrasó a sangre y fuego a los serbios de la región. Gotovina fue detenido en Tenerife en 2005 y desde entonces está frente al tribunal Penal para la Antigua Yugoslavia. Curiosamente Gotovina y Lukovic no eran tan enemigos como pudiere parecer, ambos sirvieron juntos en la Legión extranjera francesa durante años.

Ante Gotovina.

Pero tampoco Djindjic y Lukovic eran los enemigos que se podría uno imaginar. Para propiciar la caída de Milosevic y su régimen, Djindjic había negociado en octubre de 2000 con el Legionario, entonces jefe de las fuerzas especiales de la policía, los llamados boinas rojas, una unidad plagada de los paramilitares más sanguinarios de las guerras de Croacia, Bosnia y Kosovo.

A cambio de que los centenares de miles de manifestantes en las calles de Belgrado no atacaran a los policías y militares y, tal vez, de una futura inmunidad, Lukovic prometió a Djindjic que los boinas rojas no intervendrían para salvar a Milosevic. Después Djindjic llegó a declarar que no entregaría al Tribunal Penal Internacional de La Haya para la antigua Yugoslavia a las personas que habían facilitado la caída del régimen.

Tras unos incidentes, con disparos de por medio, el Legionario dejó su puesto en las fuerzas especiales y pasó a trabajar a pleno empleo con la mafia de Zemun, un barrio de Belgrado, rival del clan de Surcin, la zona donde se encuentra el aeropuerto de la capital serbia. El Tribunal de La Haya comenzó a presionar para la entrega de varios criminales de guerra reclamados, como el ex general Ratko Mladic y los responsables de las matanzas de Vukovar en Croacia. Además, el TPIY se interesaba por el legionario y los presuntos criminales de los grupos paramilitares, que se sintieron acorralados y amenazados de extradición. Presionado por el TPIY, Estados Unidos y la Unión Europea, que amenazaban con cortar los créditos a Serbia si no extraditaba a los presuntos criminales de guerra, Djindjic y su Gobierno parecían obligados a firmar nuevas extradiciones y así empezaron a deslizarlo a la opinión pública.

Pero en los Balcanes los favores se pagan. A Djindjic se le olvidó pagar el favor del Legionario y los boinas rojas el día en que cayó Milosevic y las balas de un francotirador se lo recordaron, al pueblo en general, y a Djindjic en particular.

Ayer, tras unos cuentos años sin saber nada de él, un camarada británico me ha mandado un mensaje para señalarme la detención de Karazdic. Karazdic fue el líder de los serbo-bosnios y cónsul principal de Milosevic en la guerra de Bosnia. Uno de sus muchos peones fue “el legionario” de Arkan.

Pues sí, le contesté. Karazdic por fin está detenido e irá junto a Gotovina a dar cuenta de las salvajadas cometidas. El legionario cumple condena de 40 años en Belgrado y tiene causas pendientes en La Haya. Milosevic murió solo y abandonado en una celda de La Haya y a Arkan le pegaron un tiro en la nuca en Belgrado ya hace ocho años.


Arkan y sus "tigres".

Efectivamente si hay alguna verdad inmutable en los Balcanes es que “los favores se pagan” o te los cobran...

Afortunadamente otra realidad se abre poco a poco paso entre tanta ignominia. Muchos han luchado -y algunos muerto- para ello, para que llegue un día en que también “los crímenes se paguen”.

Mi colega británico contestaba que era verdad, que poco a poco iba cayendo toda la chusma que se adueño de los Balcanes en aquellos malditos años pero que, aún así, él ya no sentía alegría por ello. Todo lo que sentía cuando le llegaban noticias de la región era tristeza y nostalgia.

Tristeza por los que ya nada pueden ver, ni decir, por los que murieron en aquella salvajada colectiva manejados –o simplemente ejecutados- por políticos, pensadores, jueces, militares, policías, criminales y religiosos. Tristeza por todos aquellos que no son capaces de hablar de aquello, aún habiendo conservado la vida. Muertos enterrados y muertos vivientes que abundan en los parques, cunetas y calles de aquella tierra.

Y nostalgia porque, en otro lugar y en otro tiempo, ese colega brit y yo, husmeábamos empresas, fábricas y pisos del entramado de apoyo económico a la familia Karazdic en Pale y sus alrededores con verdadero furor. Dos días, y sus respectivas noches, llegamos a pasar en el despacho de dirección de la fábrica FAMOS de Pale -donde Karazdic colocó su puesto de mando desde el que dirigir el cerco de Sarajevo- intentando junto a los interpretes obtener documentación sobre sus redes de apoyo. Eran días de emociones a flor de piel, de ideales y también, por qué no decirlo, de ingenuidades. No obtuvimos mucho éxito, pero mantuvimos la presión.


Mladic.

Ahora ya sólo quedan dos grandes perros de la guerra sueltos: Goran Hadzic, lider de los serbios de Croacia durante la guerra y el más peligroso, más salvaje y más frío de todos: Ratko Mladic. Este último morirá matando. Si no es así, me defraudaría. Su joven hija se suicidó durante las matanzas que su padre desencadenó en Bosnia con la pistola preferida de papa.

sábado, 10 de mayo de 2008

Serbia en el filo y Kosovo dividido.

Serbia se juega su futuro en las elecciones legislativas de mañana. El bando europeísta, encarnado en el Partido Democrático del presidente Boris Tadic, se enfrenta al Partido Democrático Serbio de Vojislav Kostunica y al líder del Partido Radical, Tomislav Nikolic, partidarios de enrolarse en la ya naciente esfera rusa. Las encuestas dan un empate entre Tadic y Nikolic que Kostunica, que sería la tercera fuerza, presuntamente decantaría a favor de este último.

Por otro lado, todos parecen reacios a entregar al Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY) a los criminales de guerra Ratko Mladic y Radovan Karadzic, fugitivos desde 2001 y acusados de la masacre de Srebrenica. Se han convertido en un tema tabú que nadie ya quiere revolver.

Sea lo que sea lo que ocurra mañana, el permitir votar a los serbo-kosovares de Mitrovica en las legislativas serbias de mañana y permitir que se eligan representantes para el parlamento serbio, es ya un asidero y un refrendo de que el recien nacido Kosovo se partirá, quedando el territorio al norte del río Ibar en manos de Serbia. Inevitable y justo.

A finales de abril, Serbia firmó el Acuerdo de Asociación y Estabilización con la UE, primer paso en las negociaciones de adhesión. Acuerdo que rechazan los nacionalistas, que lo ven como la imposición definitiva de la independencia de Kosovo, territorio al que no renuncian. Ellos ya han optado por Rusia.

Rusia se juega un alfil en estas elecciones. Tras quedarse con todas las empresas energéticas serbias y firmar la construcción de un gaseoducto –el South Stream- que pueda competir con el Nabucco europeo, ya se ha asegurado una influencia directa sobre este país, pero le gustaría también asegurarse el control político.

La UE también se juega una pieza clave mañana pues su misión en Kosovo va a ser la mayor acción de política exterior común de su historia. Bruselas necesita que ganen los europeístas para acelerar las negociaciones con Serbia. Confían en que éstos –que ya se confiesan deseosos de ello en privado- pasen esa página a cambio de entrar en la UE. Si ganan los ultranacionalistas, la UE se verá forzada a cerrar la puerta a Serbia y se volcará sobre Kosovo con resultado incierto sobre el futuro de este nuevo país. La misión en Kosovo volvería a ser de riesgo. Los serbos-kosovares con apoyo de Belgrado y Moscú no se resignarían a volver a reintegrar todo Kosovo en Serbia y las acciones armadas volverían de nuevo.

La abadesa Anastasia y la hermana Euphemia tras el ataque al monasterio de Devic en 2004.

Yo creía que ya nadie se creía las patrañas nacionalistas-sentimentales-históricas de Kosovo con respecto a Serbia, pero aún de vez en cuando alguno se descuelga con ellas. Por si acaso vuelvo a recordar el mapa de Serbia en 1878 en el encabezamiento de esta entrada, tras el Congreso de Berlín, recién nacida al mundo como nación tras su desaparición 500 años antes. En el verán que el alumbramiento de Serbia al mundo moderno fue sin Kosovo, sin el pasillo de Sandzak y sin la Voivodina. Y ellos son plenamente conscientes de ello, pese al desde entonces ensoñado discurso nacionalista. ¿Les suena de aquella época?

Precisamente aquellos que desde España siguen defendiendo la Serbia nacionalista son los que más en contra están de nuestros nacionalismos locales. Quizás no se dan cuenta que la única diferencia entre el nacionalismo serbio y los que campan por España es que sus revueltas y guerras tuvieron cierto éxito en crear una presunta Gran Serbia mientras que las carlistadas de aquí no lo tuvieron.

Yo personalmente sigo esperando que esa nación consiga librarse de los absolutistas transformados en comunistas trasmutados en ultranacionalistas que siguen creyendo que pueden mantenerla secuestrada a su antojo y que cometieron en su nombre las peores atrocidades. Serbia necesita andar la transición que no le han dejado transitar y Kosovo necesita ser obligado –sí o sí- a respetar la minoría serbia pese a la pérdida que habrá que imponerle también del norte de Mitrovica.

Algunos se preguntan qué hacen nuestras tropas allí. Allí se lucha para que una región no vuelva al absolutismo, por el avance de la democracia y la libertad, se lucha por consolidar y fortalecer la Política Exterior y de Seguridad Común, se lucha por diversificar nuestros suministros energéticos, por los derechos humanos y por la libertad religiosa… ¿les parece poco?