Blog de seguridad y defensa

lunes, 2 de julio de 2007

BOMBARDEAN NUESTROS SUMINITROS

Este domingo el Sr. D. Agustín Velloso ha vuelto por sus cerros en EL MUNDO y firma de nuevo una opinión que aunque conocida, no deja una y otra vez de sorprender al menos a este observador.
Pero lo cierto es que sigo en mis trece de llegar a respuestas y para ello, para entender y emprender la lucha que ya está en marcha, habrá que- utilizando el discurso de Ortega y Gasset- evitar el particularismo y circular por todos los caminos escuchando atentamente las reflexiones de todos.
Por ello he releído algunas de las opiniones publicadas por este profesor y me he sorprendido a mi mismo estando de acuerdo en muchos de sus análisis, aunque finalmente -esta vez sin sorpresa- nos lleven a conclusiones opuestas. Cito:
“Algunos en Occidente se entretienen estableciendo diferencias entre los que realizan una "resistencia pura" y los "fanáticos islamistas" y dejan de lado el hecho de que mientras tanto unos y otros arriesgan sus vidas o la ofrecen en martirio en su esfuerzo por expulsar al ocupante”
(
http://www.nodo50.org/csca/agenda05/iraq/velloso_10-06-05.)
“Con otras palabras y precisamente siguiendo la lógica israelí: el gobierno de Israel puede permitir unas pocas operaciones palestinas porque sabe que nunca alterarán el statu quo. Si los mártires fueran capaces de imponer un alto precio a la opresión israelí, el gobierno se vería forzado a negociar. Rápidamente: es la escasez de operaciones la que perjudica a la causa palestina.”
“En algo, sin embargo, estamos de acuerdo: no es tirando piedras contra los tanques como se resuelve el problema palestino. Si le faltan ideas sobre cómo ayudar a los palestinos, el Jeque Nasrallah las tiene muy adecuadas, muy oportunas y muy reconfortantes para las víctimas y para los que no confían mucho en la democracia indolora para ellos mismos e inútil para los demás. “
(
http://www.nodo50.org/csca/agenda06/palestina/velloso_14-07-06.html)
“Desde hace ya muchos años no para de manar la sangre en Irak, Afganistán y Palestina. Este derramamiento lo llevan a cabo sin piedad y contra todo derecho los mismos que ahora dicen no poder intervenir en el asunto de las caricaturas porque no pueden violar el derecho a la libertad de expresión. Hablamos, por tanto, de la civilización judeo-cristiana, que sin base legal mata a mansalva a miles y miles de miembros de la civilización islámica mientras que invade, ocupa y arrasa sus países, pero que está atada de manos por un sacrosanto derecho a la libertad de expresión.”
(
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=26515)

Así, sin tapujos, el Sr. Velloso hace un resumen cristalino de lo que ellos opinan de nosotros, la civilización judeocristiana, que invadimos, matamos y destruimos la civilización islámica y además protegemos a tiranos que instauran regímenes apóstatas en la tierra que por razón histórica y cultural les pertenece y es, ante esta agresión, ante la que nos declaran una legítima lucha que es única- terrorista e insurgente- y que tarde o temprano si adquiere la dimensión suficiente acabará triunfando.
Evidentemente, la conclusión principal que él infiere de este análisis- que en realidad si no triunfan es porque no realizan suficientes ataques resolutivos- es diametralmente opuesta a la mía pero ciertamente abre una posibilidad que deberemos valorar.
La posibilidad para los europeos –y para los estadounidenses e israelitas por asociación- es la rendición.
No es broma, se nos oferta la opción de abandonar todos los territorios que ellos estiman como suyos y además abandonarlos en sus manos, en la de los integristas islámicos. Esto conlleva permitir que el extremismo islámico alcance el poder en Afganistán, Irak, Líbano, Irán, Paquistán, Siria, Egipto, Jordania, Líbia, Arabia Saudita, Argelia, Marruecos, Sudán, Somalia, Mauritania y allá donde decidan ellos que se ha de imponer la sharia como norma fundamental del estado.
Esta concesión traería probablemente la paz a algunos territorios y dejaría sin argumentos a los que nos golpean en la retaguardia con tanta eficacia para que no les ahoguemos en su propósito. Y por supuesto también traería consigo el inmediato abandono de Israel a su suerte, con una más que probable aniquilación, asunto que vertebra y fundamenta en muchas ocasiones el tergiversado concepto del yihad.
El Sr. Velloso lo plantea así y creo que es portavoz privilegiado del pensamiento integrista islámico: cuando acabéis con la agresión, acabará la lucha.
Creo que no son insinceros en esto, ellos opinan así y así se lo dicta el Corán:
“combatid en el camino de Dios a quienes os combaten, pero no seáis los agresores. Dios no ama a los agresores. Matadlos donde los encontréis, expulsadlos de donde os expulsaron. Pero si dejan de atacaros Dios será indulgente… Si ellos cesan en su actitud, no más hostilidad en contra de los infieles.” (Azora 2, aleyas 190 a 195)
Ante esta posibilidad –el dejarles hacer sin intervenir- podemos convenir intelectualmente, desde un egoísta punto de vista, que si terminamos con las causas que ellos estiman como origen del conflicto, terminaremos con él.
Sólo nos quedaría una duda, cabría preguntarse ¿qué ocurrirá cuando lleguen a Ceuta y Melilla? ¿Y cuando- como ya han hecho- reclamen Al Andalus? ¿Estamos dispuestos a entregárselo? Y si finalmente lo estuviésemos, ¿renunciaremos a nuestra forma de vida y abrazaremos la civilización islamista- que no islámica- como el fundamento de nuestra sociedad?
Espero que le Sr. Velloso conteste a alguna de estas preguntas que no. Sinceramente lo espero.
El siempre oportuno Jorge Aspizua citaba el otro día a Darhendorf y su laica definición de lo que el Sr. Velloso denomina la civilización judeocristiana, en esencia, el libre albedrío individual y colectivo y su protección frente a toda fuerza por poderosa que sea.
Estoy de acuerdo con Jorge en que ellos repudian nuestro sistema de libertades que, entre otras cosas, permitió tras muchos siglos de luchas separar iglesia de estado, aparcando la ley de Dios en el ámbito íntimo de lo ético y de lo moral. Es evidente que ellos no pueden permitir ni permitirán jamás entre los suyos este modo de conducirse pues arremete contra el núcleo básico de su pensamiento.
Sin embargo no comparto con Jorge -al igual que con otros buenos pensadores de nuestra izquierda- el trasfondo de su razonamiento, no creo que se pueda plantear esta lucha emprendida como una guerra entre la democracia occidental y el extremismo islámico.
Si a alguien odian más que a nuestros regímenes infieles es a los propios gobernantes “islámicos moderados” que han apostatado de la fe verdadera bajo el paraguas de europeos y estadounidenses y que si algo les caracteriza no es precisamente la democracia ni la protección del débil frente al fuerte.
No intentan combatir nuestra esencia, intentan acabar con nuestra dañina influencia en el Islam y nuestra “vergonzosa protección de Israel”.
Decía Jorge en su blog: “Y desde luego, persiguen la deslegitimación práctica de los sistemas de gobierno democráticos occidentales ante los electores -donde se pueda votar libremente- y ante el gran público global”.
Y cierto es, pero no para derrocar democracias sino porque han descubierto que ese- nuestras opiniones públicas y los efectos acción/reacción en nuestros dirigentes- es nuestro Talón de Aquiles y van a por él; pero como un general va a por las líneas de abastecimiento del ejército enemigo, sin saña, como una parte más del campo de batalla.
Sin suministros la batalla acaba para las tropas empeñadas en combate y con el hartazgo y sin el apoyo y determinación para luchar de nuestras sociedades -crucial suministro de nuestras fuerzas- nuestra lucha será estéril y corta.

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