Blog de seguridad y defensa

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Israel en el filo.

Según dice el Protocolo adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados sin carácter internacional (Protocolo II):
Artículo 4. Garantías fundamentales:
1. Todas las personas que no participen directamente en las hostilidades, o que hayan dejado de participar en ellas, estén o no privadas de libertad, tienen derecho a que se respeten su persona, su honor, sus convicciones y sus prácticas religiosas. Serán tratadas con humanidad en toda circunstancia, sin ninguna distinción de carácter desfavorable. Queda prohibido ordenar que no haya supervivientes.
2. Sin perjuicio del carácter general de las disposiciones que preceden, están y quedarán prohibidos en todo tiempo y lugar con respecto a las personas a que se refiere el párrafo 1:
a) los atentados contra la vida, la salud y la integridad física o mental de las personas, en particular el homicidio y los tratos crueles tales como la tortura y las mutilaciones o toda forma de pena corporal;
b) los castigos colectivos;
c) la toma de rehenes;
Artículo 14. Protección de los bienes indispensables para la supervivencia de la población civil.
Queda prohibido, como método de combate, hacer padecer hambre a las personas civiles. En consecuencia, se prohíbe atacar, destruir, sustraer o inutilizar con ese fin los bienes indispensables para la supervivencia de la población civil, tales como los artículos alimenticios y las zonas agrícolas que los producen, las cosechas, el ganado, las instalaciones y reservas de agua potable y las obras de riego.

Desgraciadamente Israel no ha suscrito los protocolos adicionales a los Convenios de Ginebra, así que se puede permitir el lujo de cortar luz y agua a la población civil de Gaza sin faltar a sus compromisos.

Tampoco se ha sumado a la iniciativa de la Corte Penal Internacional, pero sin embargo olvida una cosa fundamental, esta Corte -según rezan sus estatutos- entiende y persigue violaciones del DICA incluso entre aquellos ciudadanos de países que no han reconocido su jurisdicción.

Israel –bien amada por algunos aquí- comparte con nosotros muchos valores e intereses, además le ve la cara de algunas amenazas comunes mucho más cerca que nosotros y eso exige comprensión y solidaridad.

Sin embargo la misma Israel comienza a perder los estribos, y los hábitos democráticos. D. Luis Solana advierte.

Y el discurso acusador de antisemitismo ya no vale como defensa. No para mí, no para mi generación.
…del mundo, en que nadie espere
que ser preferido pueda
por la nobleza que hereda,
sino por la que él adquiere;
porque aquí a la sangre excede
el lugar que uno se hace
y sin mirar cómo nace
se mira cómo procede.
Calderón de la Barca

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