Blog de seguridad y defensa

miércoles, 12 de marzo de 2008

El desarme intelectual.


En general cuando en una democracia impera el debate leal y el coraje intelectual –comúnmente soslayado entre aquellos que hacen del valor una virtud- para discutir aquello que conviene o no a las naciones, las dimisiones son corolarios inevitables.

El coraje intelectual, talento poco ejercitado y apreciado entre políticos y servidores públicos en España, consiste en plantearse y plantear opciones distintas a las que el grupo de poder o el estamento facultativo al que se pertenece mantiene como posturas oficiales. Es una virtud poco valorada, pero a la vez seriamente temida, debido a la incomodidad que produce en las relaciones grupales, y porque, en última instancia, es donde reside el Valor con mayúsculas. Valor que inevitablemente incomoda al que es incapaz de manifestarse.

Nadie que no sea capaz de acometer el miedo y el desgate que produce defender ideas contrarias a las institucionalmente establecidas y debatir seriamente con los que uno considera los suyos, será capaz jamás de afrontar riesgos ciertos en otros campos de la vida.

Es más, el carecer de leal espíritu crítico, y de una abierta capacidad de análisis, produce un serio desarme intelectual que, al perpetuarse, incapacita a la institución y/o sociedad que lo practica.

En lo militar, no desarman ni los medios ni los dineros, ni los flojos soldados ni los fusiles obsoletos; en lo militar, desarma principalmente la falta de coraje intelectual y moral. Desarman los manuales copiados, desarman las tendencias imitadas, desarman los silencios impuestos, desarma la complacencia, desarma la falta de ideas y proyectos, desarma la falta de debate y de lecciones aprendidas, desarma en suma, la cobardía intelectual.

Y éste, es el peor de los desarmes porque conduce inevitablemente al tan temido desarme moral colectivo –el fracaso inevitable de los hombres custodios de las armas-.

2 comentarios:

  1. Cuando este medio de comunicación, internet, no existía los debates intelectuales se realizaban en cafes y otros foros. En ellos puede que los contertulios llegaran a conclusiones comunes o, a través de la comunicación, alcanzaran propuestas próximas o iguales.

    Al leer la presente entrada me dió la impresión que alguién estaba exposniendo uno de mis pensamientos. Curioso.

    Suscribo hast ala última coma de los expuesto.

    Un cordial saludo.

    elsenderodelguerrero

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  2. Pues hay que remediar lo que aquí se sugiere. El problema es cómo.
    Es difícil cambiar una cultura organizativa. Muy difícil.
    El mero hecho de hablar y debatir es un paso, pero estamos tan lejos que necesitamos zancadas.
    Un saludo.

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