Desde luego los datos del ejercicio 2006 son buenos porque las ventas al exterior aumentaron un 101% y se esperan datos similares para el ejercicio aún no cerrado de 2007. Pero sin embargo la situación tiene algunos claroscuros. Si no, el Gobierno no protegería nuestro mercado diciendo no al mercado europeo de defensa., aunque ahora lo haga con matices. Y es que si analizamos con cierto detenimiento, el sector no es uniforme y no afronta en absoluto el futuro con total confianza.
El sector de defensa en España está equilibrado entre grandes empresas y PYMES y da trabajo directamente a 16000 personas. El 40% de la facturación es internacional (del cual el 80% es a Europa) y el 60% restante es nacional. De esta facturación total, el 60% de las ventas corresponden al mercado civil mientras que sólo un 40% se vende en el ámbito militar, pese a lo que las empresas reconocen que sin el sector defensa no hubiese sido posible desarrollar tecnología suficiente para el mercado civil.
Para su estudio más detallado, el sector se puede dividir en 9 sub-sectores que incluyen cada uno de ellos un área de capacidad tal y como se entiende en el ámbito militar, y al hacerlo, uno se encuentra diferencias sensibles entre cada uno de ellos. A grandes rasgos:
– Armamento y Munición: este subsector parece tener buenas expectativas de futuro pese a su mala percepción social (campañas anti-racimo…).
– Plataformas terrestres: este subsector se encuentra sobredimensionado debido a los grandes programas en curso (Pizarro y Leopardo principalmente, pero Aníbal y VAMTAC también). El futuro es incierto ya que cuando se finalicen los grandes programas cadena y se comiencen a obtener resultados con los MRAPs, es muy probable que se haga necesaria una seria racionalización.
– Plataformas navales: este subsector es exitoso aunque se encuentra prácticamente copado por Navantia, hay muy poca base industrial adicional. Una posible futura alianza estratégica con DCNS no mejoraría esta tendencia y además esta empresa francesa no pasa por buenos momentos. Sin embargo, mirando a largo plazo, parece que se hará inevitable para poder mantener una buena competitividad europea futura.
– Plataformas aeroespaciales: el subsector goza de buena salud aunque ligeramente sobredimensionado. España ostenta el liderazgo en trasporte medio, en reabastecimiento en vuelo y hay buenas oportunidades en materia de UAV/UCAVs. También en Spanish Defence se puede leer sobre programas en curso y alianzas en marcha.
– Sensores y equipos electrónicos: en este sector existe seria preocupación por muy posibles absorciones extranjeras.
– C4ISR: mismo riesgo que en el anterio rárea.
– Simulación: buen futuro por la penetración lograda en el mercado estadounidense.
– Servicios e ingeniería: buena salud y un gran espacio de expansión.
– NBQRE y equipamiento especializado: una alta experiencia y fiabilidad demostrada debido a la experiencia española en lucha antiterrorista.
Finalmente, y de modo global, los retos y las necesidades que el sector afronta en el futuro son:
Pincipales desafíos: la industria española de defensa debe mejorar la adaptación al cliente disminuyendo el tiempo de respuesta y ofertando productos de mayor calidad y tecnología, debe aumentar seriamente la inversión en I+D y, por último, debe hacer un esfuerzo por mejorar el posicionamiento y la competitividad exterior del sector.
Las necesidades que el sector reclama son:
– Que la administración mantenga un firme compromiso con la programación estratégica de adquisiciones.
– Que se agilicen las conexiones entre la industria y la administración. AFARMADE ya ha lanzado las iniciativas “Plataforma estratégica” con el Mº de Defensa y el “Foro de Seguridad Integral” con Interior, pero se debe tener mucho cuidado para que estos foros no acaben siendo donde se tomen decisiones que deben responder no sólo a intereses industriales, sino a intereses principalmente facultativos.
– Que se inicien nuevos programas a parte de los grandes ya en desarrollo.
- Fomento en la sociedad de la conciencia de defensa para poder mejorar las partidas destinadas a este tipo de inversiones con el respaldo social suficiente.
– Y, finalmente, potenciar la influencia española en los organismos internacionales que se creen en el futuro para la regulación de mercados comunes de defensa y seguridad. En el entorno internacional este hecho es especialmente preocupante para la industria en el ámbito de la UE. La directiva de diciembre de 2007 propuesta por la Comisión Europea sobre los mercados de defensa nacionales podría suponer que los estados tuviesen que abrir sus, hasta ahora, protegidos y privilegiados mercados internos y que muchas empresas que no están a la altura necesaria para poder competir en Europa y que viven de las adjudicaciones españolas sin competencia (léase Santana Motor y algunas otras) perdiesen el cortijo.
http://es.youtube.com/watch?v=Nhja6OalzWg
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