Blog de seguridad y defensa

domingo, 24 de febrero de 2008

El peaje de Araba.

Desde hace tiempo y repetidas veces se anunció y defendió desde este observatorio la independencia de Kosovo como “el menos malo de los males” en los Balcanes. Una huída adelante que dará más tiempo a todos los países surgidos de la caída de la antigua Yugoslavia, incluida Serbia.

También se defendió que España debía alinearse con sus socios prioritarios y hacer causa común en el reconocimiento de esta independencia. Al fin y al cabo, uno debe ser coherente con sus actos. Después de bombardear con nuestros F-18 un país soberano que nada nos había hecho, después de obligarle a abandonar parte de su territorio, y después de impedir que vuelva a él con nuestras tropas de KFOR durante 9 años, no parece lógico –ni valiente- venir con complejos y comportamientos de bachiller timorato. Pero principalmente se defendía este reconocimiento para no mostrar a los adversarios nuestros miedos, para no mostrarles el costado.

Cuando el miedo se le sube a la cara al adversario, la batalla empieza a estar ganada; cuando descubres sus vulnerabilidades ya sabes donde has de castigar. Todos repetimos que nada tiene que ver lo ocurrido en Kosovo con lo nuestro, pero sin embargo, por primera vez se nos ha descompuesto el gesto.

Serbia intentó construir la Gran Serbia sobre las ruinas de Yugoslavia y aun anda pagando el peaje. Peajes que hay que pagar en estos difíciles procesos de construcción nacional.

Esperemos que Kosovo sea el último pago y que tanto la Voivodina como Sandzak se acaben encontrando cómodos en una hipotética futura integración europea. Porque Serbia no debe perder de vista lo que ocurriría en estos territorios si no produjese el ingreso en la UE y cayese definitivamente bajo la esfera de control rusa. De momento la rica Voivodina no tardaría en intentar salir de la órbita rusa y no le faltarían apoyos ni en Europa ni al otro lado del Atlántico.

Peajes, peajes que posiblemente tenga que pagar el nuevo Kosovo. Ahora los serbios se atrincheran en el norte de Kosovo para forzar la partición, y desde luego no les faltan razones. Y no me cabe duda que más tarde que temprano también se conseguirá de facto su anexión a Serbia. Al fin y al cabo ya hace tiempo que, al amparo de nuestras tropas, no son parte de Kosovo. De nuestras tropas y las de Francia, Reino Unido, EEUU, Italia y Alemania. Peaje que posiblemente las autoridades kosovares ya habían descontado de sus beneficios en los cálculos previos.

Al final puede que el proceso de Kosovo no resulte tan interesante para nuestros independentistas. Como antes Québec, Irlanda del Norte o la Padania -otrora argumentos preferidos – si los resultados no son los deseados, probablemente dejará de tener interés como referente. Los tres procesos les han dado lecciones negativas para sus aspiraciones.

Me van a perdonar, pero a mi estos esto de los peajes me recuerda inevitablemente a mis viajes a Bilbao donde viví durante dos años. Las autopistas de pago vascas son excelentes, pero caras. Y además, como todos saben, el País Vasco se compone de tres territorios históricos y uno de ellos, Álava o Araba, la capital, está fuertemente ligado a esa nación que se conoce como España. Y yo me pregunto, ¿acaso los independentistas vascos estarían dispuestos a descontar el peaje de Álava de entre sus beneficios?

Porque proceso de construcción nacional vasco sí, pero por territorios históricos. Sí pero con peaje, como todos.

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