Mañana los Reyes de España visitan por primera vez nuestra tierra norteafricana.
Muchos buenos hombres, y muchas buenas madres, dieron lo mejor -lo único- que tenían para que esto sea mañana posible, y sin que intercediese más demanda que la de servir a su Rey. Muchos buenos hombres y mujeres luchan y viven a diario en aquella parte del Reino.
Para todos ellos y los que vengan, yo recomendaría a los Monarcas que sus primeras -y únicas palabras- sean las de otro buen súbdito:
Muchos buenos hombres, y muchas buenas madres, dieron lo mejor -lo único- que tenían para que esto sea mañana posible, y sin que intercediese más demanda que la de servir a su Rey. Muchos buenos hombres y mujeres luchan y viven a diario en aquella parte del Reino.
Para todos ellos y los que vengan, yo recomendaría a los Monarcas que sus primeras -y únicas palabras- sean las de otro buen súbdito:
EN NOMBRE DE MUCHOS
Para el hombre hambreante y sepultado
en sed -salobre son de sombra fría-,
en nombre de la fe que he conquistado:
alegría.
Para el mundo inundado
de sangre, engangrenado a sangre fría,
en nombre de la paz que he voceado:
alegría.
Para ti, patria, árbol arrastrado
sobre los ríos, ardua España mía,
en nombre de la luz que ha alboreado:
alegría.
Blas de Otero
A Dios y al esfuerzo de muchos gracias, en España no hay súbditos, sino ciudadanos de una nación constituida como Estado democrático, social y de Derecho cuya forma política es la Monarquía parlamentaria.
ResponderEliminarDRAE SÚBDITO:
ResponderEliminar2. m. y f. Natural o ciudadano de un país en cuanto sujeto a las autoridades políticas de este.
Pocos ciudadanos con derechos políticos y muchos súbditos han defendido con sangre aquellos territorios, que no les pertenecían porque eran de su Rey.
Es una deuda de un Rey con todos ellos, honrarles y agradecerlo.