Blog de seguridad y defensa

viernes, 18 de enero de 2008

Nuestras opciones militares en Afganistán.


¿Cuáles son las opciones militares que España tiene en Afganistán? Las opciones realistas me refiero, con los pies en el suelo.

Desde mi punto de vista las opciones posibles para el futuro de nuestra participación en ISAF son cuatro generales: la retirada del contingente, el mantenimiento de las fuerzas en las condiciones actuales, el incremento de efectivos sin modificar ni las restricciones de empleo ni el despliegue actual o finalmente, asumir un papel más protagonista (bien por incremento de efectivos en zonas más afectadas por la insurgencia y/o por levantamiento de restricciones de empleo de las fuerzas en zona). Si las analizamos con cierto detalle:

R
etirada del contingente.

En las circunstancias actuales no parece una opción recomendable por no ser concordante con nuestra estrategia de defensa y seguridad. Tanto en la DDN 1/04 como en la Revisión Estratégica de la Defensa y en nuestra Estrategia Militar se reafirma nuestro compromiso a colaborar de forma solidaria con nuestros aliados en el fomento de la seguridad y la paz en aquellas zonas que se requiera. Y es que el fomento de la estabilidad en una zona del globo que ha cobijado –y cobija- a los promotores del terrorismo trasnacional yihadista debe contar con nuestro compromiso. Así lo afirmaba el Presidente de Gobierno en la DDN 1/04:

“La lucha contra estas nuevas amenazas, muy en particular contra el terrorismo, es clave en la estrategia de las organizaciones internacionales de seguridad y defensa. También Europa debe afrontarlas decididamente si no quiere convertirse en un objetivo fácil. En este empeño, Europa cuenta con el respaldo explícito y el apoyo decidido de España, como uno de sus socios más comprometidos.”

Además cabe decir que la misión de las fuerzas internacionales que participan en la misión de Naciones Unidas liderada por la OTAN (International Security Assistance Force, ISAF) es la de conducir operaciones militares para apoyar al Gobierno afgano en el establecimiento y mantenimiento de un entorno estable y seguro, en apoyo a las fuerzas y cuerpos de seguridad afganos, a fin de extender la autoridad e influencia del Gobierno de Afganistán facilitando de ese modo la reconstrucción y la estabilidad del país. Esta misión es plenamente coherente con la LODN 5/05 en su artículo 15.2 (misiones de las FAS en contribución a la seguridad en el marco de organizaciones internacionales) y plenamente coherente con el Art 16 b) sobre las operaciones a desarrollar por las FAS:

“La colaboración en operaciones de mantenimiento de la paz y estabilización internacional en aquellas zonas donde se vean afectadas, la reconstrucción de la seguridad y la administración, así como la rehabilitación de un país, región o zona determinada, conforme a los tratados y compromisos establecidos”.

Y por último y refiriéndonos a la Revisión Estratégica de la Defensa se establece como una de nuestras líneas de acción estratégica “La proyección de estabilidad“entendiendo ésta como “la capacidad de ejercer influencia en otras regiones, con el fin de reducir las tensiones e inestabilidades, y fomentar el establecimiento de democracias y economías de mercado estables.” Y se precisa que “la contribución militar a la paz y estabilidad internacionales se configura como la segunda misión general de las Fuerzas Armadas.”

En definitiva nuestra estrategia de seguridad y defensa ha mantenido desde 2003, como una de nuestras prioridades en estas materias, la necesidad de cooperar de forma solidaria con las organizaciones internacionales a las que pertenecemos para mejorar la seguridad en aquellas zonas que pueden ser generadoras de inestabilidad, especialmente si se vinculan con el terrorismo. Si abandonamos Afganistán estaremos enviando un mensaje a nuestros socios europeos y euro-atlánticos que estos no iban a desoír. La cooperación internacional que España tanto impulsa y requiere de otros países en esta materia perdería gran parte de su credibilidad, su sustento y, por tanto, su efectividad. La lucha contra el terrorismo tiene muchos frentes y en gran medida es indivisible. Si abandonamos uno de estos frentes, otros muy posiblemente abandonen alguno que para nosotros es vital.


Mantenimiento del contingente en las circunstancias actuales.

Esta opción implica asumir un riesgo importante en lo referente a la seguridad de las tropas ya que supone aceptar que a pesar del anunciado, y ya comprobado, aumento de la amenaza en las provincias en las que operamos (y que previsiblemente se elevará en la próxima primavera), nosotros apostamos por una entidad de fuerzas (sobre todo las dedicadas a la protección) escasa. Hasta ahora tanto la provincia de Badghis, como la de Herat, han permanecido relativamente a salvo de la violencia generalizada que ya lleva tiempo ganando terreno hacia el norte y el oeste; pero todos los informes y análisis que se han librado a lo largo de 2007 advierten de que la inseguridad en Afganistán está creciendo y las fuerzas insurgentes amenazan con inundar definitivamente las dos provincias en las que está operando principalmente las fuerzas españolas.

Si se opta por esta opción es necesario pensar acerca de alternativas que permitan contrarrestar este riesgo. En mi opinión caben dos opciones no excluyentes:

-un aumento de nuestra aportación a los esfuerzos de reconstrucción y fundamentalmente en la formación de unidades afganas de seguridad y/o,
-aumentar la calidad, la letalidad y la protección de los medios utilizados (más medios aéreos y terrestres no tripulados, más helicópteros artillados, más vehículos de alta protección , inhibidores más potentes, más medios de control del apoyo aéreo, morteros tipo “comando” para la reacción inmediata en el apoyo de fuegos, aumento del número de fusil-lanzagranadas por patrulla, y potenciación de la capacidad HUMINT).

Además de este riesgo para la seguridad, esta opción supone seguir aceptando los reproches y continuas quejas de los aliados sobre las restricciones bajo las que operan nuestras tropas. Quizás para contrarrestar los efectos perniciosos de esta opción cabría ofrecer el aumento de nuestra participación en otras operaciones de la OTAN y así liberar fuerzas aliadas de otras misiones. Léase por ejemplo potenciar nuestra presencia en el inestable Kosovo, aumentar nuestra participación en la operación Active Endeavour o participar en las misiones de entrenamiento del ejército iraquí. Evidentemente dentro de estas opciones hay algunas que gustarán más que otras dependiendo del color que tenga el gobierno de abril de 2008.

Esta opción –aunque peligrosa- plantea sin embargo alguna ventaja. Hasta ahora nuestro bajo perfil de fuerza ofensiva ha contribuido a que nuestras tropas tengan una aceptación notablemente alta entre la población civil afgana, lo cual contribuye indudablemente a su seguridad.


Incremento de tropas sin modificar las restricciones operativas.

En la actualidad, y dentro del margen auto-impuesto de 3000 efectivos en el exterior, existe la posibilidad por parte española de desplegar hasta unos 300 efectivos más (según reconoce la nota oficial de 28 de diciembre de 2007 del Palacio de la Moncloa sobre el Acuerdo del Consejo de Ministros para la participación de unidades y observadores en operaciones fuera de territorio nacional). Con un incremento de esta entidad se podría reforzar las capacidades tanto de la QRF de Herat como de la unidad de protección del PRT de Qala i Naw, hecho que redundaría sin duda en un mayor grado de seguridad de las tropas sin que supusiese un incremento considerable del perfil seguido hasta el momento en la misión.

La principal desventaja de optar por el aumento del contingente (sin modificar sus férreas reglas de enfrentamiento) sería que la medida previsiblemente encontraría serias reticencias en la sociedad española. Es sabido que desde hace casi dos años se viene observando una tendencia lenta, pero constante, en la sociedad española favorable al repliegue de Afganistán.

Par contrarrestar este posible descontento cabría construir un potente argumentario que explique la necesidad del aumento. En este razonamiento podría incluirse que la necesidad de aumentar las tropas de ISAF en Afganistán para poder dar cumplimiento a la misión encomendada ha sido repetidas veces señalada por numerosos actores internacionales. Mandos militares de la OTAN, el CS de NNUU en sus resoluciones y numerosos centros de estudios estratégicos internacionales llevan tiempo advirtiendo de la necesidad urgente de este refuerzo.

Sería fundamental remarcar a nuestros conciudadanos que la operación ISAF es coherente y goza del respaldo absoluto de NNUU desde su inicio en ya innumerables resoluciones. En concreto en la última de ellas, la Resolución 1776 de septiembre de 2007, se reconoce de forma meridiana “la necesidad de seguir reforzando la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad para satisfacer todas sus necesidades operacionales y, a este respecto, insta a los Estados Miembros a que aporten personal, equipo y otros recursos a la Fuerza Internacional y a que hagan contribuciones al Fondo Fiduciario establecido en virtud de la resolución 1386 (2001)”.

Esta opción contentaría poco a nuestros aliados porque, al no levantar los caveats (restricciones de empleo) nacionales sobre las fuerzas, no se aliviaría en nada el tremendo esfuerzo que realizan en el centro y sur otros países contra los insurgentes. No obstante sí que supondría mostrar cierta sensibilidad con sus continuas quejas, lo cual a estas alturas no es poco.

Incrementar nuestro papel en ISAF.

En la DDN 1/04 se afirma que “…para contribuir a extender la paz, la seguridad y la estabilidad en el mundo, y, especialmente, en la prioridad de la lucha contra el terrorismo, la acción exterior española asumirá el cumplimiento de los compromisos que tenemos contraídos con organizaciones internacionales como la Unión Europea, la Alianza Atlántica y la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa”.

Esta referencia puede respaldar suficientemente nuestra participación más decidida en ISAF como apuesta para la derrota de nuestra principal amenaza actual, el terrorismo. Pero ¿cómo aumentar nuestro compromiso con la misión? Pues en mi opinión, este incremento en el papel que jugamos en la misión se podría materializar por un incremento de fuerzas para ser enviadas a las zonas donde las condiciones de seguridad están más deterioradas y/o por un levantamiento de las restricciones nacionales que España ha impuesto a las tropas en zona.

El aumento en el número de tropas podría ser de diversa índole y quizás colaborando en algunos aspectos clave de la operación a nivel teatro podríamos obtener mucha visibilidad entre los aliados sin aumentar el número de efectivos en exceso y sin elevar el perfil ante la población entre la que operamos.

Aspectos como las operaciones especiales, los helicópteros de ataque o los aviones en apoyo CAS supondrían elevar nuestra contribución de manera muy notoria en calidad y visibilidad sin perjuicio de las operaciones de reconstrucción. Evidentemente para ello se deberían levantar las restricciones de empleo que se han impuesto sobre las tropas españolas, pero podría ser suficiente con levantar estas restricciones sólo para estas nuevas fuerzas de teatro de operaciones.


Por el contrario, levantar las restricciones de empleo sobre el contingente que allí tenemos sin que se haya producido un fuerte refuerzo en calidad y número efectivos es totalmente desaconsejable. Si se quiere que las fuerzas que en la actualidad desplegamos en Herat y Qala i Naw asuman un papel más ofensivo hay que, previamente, reforzarlas con mucha seriedad.

En definitiva esta opción implicaría asumir más riesgos y seguramente se encontraría con serias resistencias entre la sociedad española, pero sin embargo daría respuesta a las demandas de nuestros aliados e impulsaría el cumplimiento de la misión en Afganistán, y con ello no cabe duda que la retirada de las tropas podría adelantarse en el tiempo.

Propuesta.

Entre estas opciones es difícil saber cual es la respuesta adecuada desde un punto de vista político. Desgraciada, pero inevitablemente, a este nivel los diversos intereses de los partidos políticos son casi tan importantes como los de seguridad y defensa.

No obstante, desde un punto de vista militar, la opción más viable por el momento es el aumento de nuestra contribución en ISAF sin modificar las restricciones actuales. De este modo se contentaría en cierta medida a nuestros aliados, se mejoraría seriamente la protección de nuestras fuerzas, pero se seguirá manteniendo el mismo perfil en la misión, hecho que probablemente mantendrá estable la situación en nuestra zona de acción, y por otro lado, no debería levantar demasiadas resistencias en el seno de nuestra sociedad si se explica de manera coherente.


No se debería desechar como siguiente peldaño –si así se requiriese- la opción de incrementar nuestro papel a nivel teatro con unidades bajo mando del COMISAF en aspectos de elevada visibilidad aliada como aviación, helicópteros ataque u operaciones especiales. La amenaza contra estas unidades es menor que la de otras que se involucran más en el día a día del patrullaje y la vigilancia, y además, su presencia no enturbiaría el perfil local de las tropas españolas en Herat y Qala i Naw. Sería además suficiente con un levantamiento de restricciones de empleo para estas unidades exclusivamente.

En cualquier caso, y si no se decide tomar ninguna opción que varíe nuestra participación en ISAF, es necesario y de justicia el, al menos, implementar la mejora en la calidad, la letalidad y la protección de nuestros medios y personal actualmente desplegados. La seguridad se deteriorará casi con toda seguridad en nuestra zona conforme se aproxime la primavera y también conforme vayan llegando al sur más refuerzos aliados (allá van ya) que desplacen a la insurgencia a zonas con menos presión.

Por último cabe reseñar que estas opciones no son estancas, es decir, no se debe descartar el poner en práctica parcialmente varias de estas opciones siempre que sean coherentes entre ellas.

3 comentarios:

  1. De sus cuatro propuestas, hay una que es claramente peor: "Mantenimiento del contingente en las circunstancias actuales. " En las condiciones que están allí nuestras tropas hay personal de ciertas unidades (escasas) que sí se exponen a riesgos elevados. Optar por una postura más activa conllevaría aún más riesgo para estas unidades, a saber QRF y TACP que en la práctica, junto con la seguridad de las bases (Herat y PRT QeN) son las únicas que abandonan los recintos. Desde mi punto de vista lo más lógico sería; o bien la retirada, asumiendo la vergüenza que esto podría suponer para nuestro pais y nuestros militares, o bien una potenciación decidida del contingente, no hablamos, probablemente de esos 300 hombres a los que haces referencia. Aumentando esa escasa cantidad de soldados, me da en la nariz que nuestro ejército reforzaría aun más su elemento Nacional de Apoyo (NSE) y las PLMM y Cuarteles Generales, dejando a la QRF igual de vendida que está en la actualidad. Si acaso quedaría ligeramente incrementada, pongamos con 2 ó 3 secciones más, llegando quizás (como mucho) a constituir dos compañías. Con el modo de acción que tienen, a base de patrullas móviles esporádicas, probablente sólo supondría poner más ratones en la ratonera. La opción más viable, debe pasar ineludiblemete, siempre a mi juicio, por un refuerzo de entidad considerable, poniendo unidades constantemente sobre el terreno, asentando a nuestros soldados en el terreno cuando se pida desde el sur y el este porque allí se lleven operaciones "caza-talibanes" e implicarse de verdad en una postura activa, no "pasearse" (perdonadme soldados) por Afganistán sin demasiada lógica, sin saber exactamente qué se hace, que posibilidades se tiene y con unas ROE ridículas para el escenario presente.
    Por otro lado, dotar a estas tropas de medios aéreos orgánicos con capacidad CAS es fundamental y aquí es donde debería implicarse el EA en vez de jugar a montar aeropuertos en bases en las que aterrizan y despegan aviones de vez en cuando. Zapatero a tus zapatos.
    Si se mandan OPESP se debe tener claro a que van, no solo como profesores, instructores o "catedráticos" de afganos, sino en acciones directas y reconocimientos especiales, misiones que les corresponden.
    Difícil papeleta la de los políticos y más después del lavado mental pro-pacifista que han hecho en nuestra sociedad.

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  2. El asunto es complejo, pero nuestra sociedad es la que es, nuestras FAS son las que son, y nuestros compromisos internacionales son claros.
    Lo que "debieran ser" forma parte de la opinión personal de cada uno.
    El problema es ahora dilucidar qué hacer teniendo en cuenta lo que nuestra sociedad, nuestras FAS y nuestros compromisos "son".
    Un saludo

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  3. Sencillamente, la gente de alli no son tan milindrosos como nosotros. Ya en la zona han existido revueltas con baños de sangre contra los rusos o contra los mismisimos talibanes.

    Cualquier dia de estos habrá una revuelta como la que hubo en Najaf, y veremos a miles de afganos llendo directos a la base española, pero alli no hay americanos que nos defiendan ni pidan municiones cuando se agoten.

    Ese dia tendremos una copia calcada al desastre Annual. Buscaremos a un General Silvestre en quien descargar las culpas,....... y a los dias seguiremos pidiendo salsa rosa y futbol.

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