Blog de seguridad y defensa

sábado, 5 de enero de 2008

Coherencia estadounidense y amplitud de miras (II).

ETA compara Kosovo con el País Vasco para exigir la independencia. Ya he dicho varias veces que los nacionalismos radicales viven de la "defensa nacional" frente a los invasores y para ello necesitan marcar frentes de lucha que les den legitimidad ante sus simpatizantes. Si los que están en frente no les dan cancha dialéctica sobre la que reiterar esfuerzos en seguida pasan a abrir otro frente en el que luchar. Al fin y al cabo su ideología se basa en eso, en abrir causas nacionales que defender y no en sesudos programas sociales o económicos. Pues para abrir frentes cualquier excusa es buena, ahora Escocia y Kosovo, ayer Québec e Irlanda del Norte (que hoy en día ya no son referentes curiosamente).

En mi opinión el mejor favor que nos puede hacer ETA es apropiarse de la causa kosovar, y el peor que nos podemos hacer nosotros mismos es defender la causa serbia por creer que tiene relación con nuestros problemas.

Esa es la trampa que nos tienden siempre, y en la que caemos una y otra vez, abren debates de “lucha nacional” de los que saben que no habrá ningún resultado real pero que les refuerzan ante sus sociedades como defensores de "la causa". Si la "lucha nacional" prosigue, el nacionalismo se presenta ante muchos como la mejor opción.

Si el primer día que se habló de la independencia de Kosovo hubiésemos sido coherentes con nuestra actuación anterior y opinado a la francesa: “Una actitud muy diferente a la que mantuvo el presidente francés, Nicolás Sarkozy, a la salida de la reunión del día 14 en Bruselas, cuando dijo que la UE ve «inevitable» la independencia, porque el actual estatus de la región es insostenible”, hoy el debate al respecto ya sería estéril para ellos.

Me temo que lo contrario ya está hecho, de tanto defender la integridad territorial serbia se nos ven las vergüenzas y los miedos. Se lo ponemos siempre tan fácil…

The following chart reflects how these seven Strategic Goals link most directly to the overarching tasks outlined in the National Security Strategy of 2006.

Por mi parte -y después de entender la “Coherencia rusa” sobre Kosovo- creo que conviene mirar a EEUU para intentar entender sus porqués en Balcanes y Europa Oriental. Y para ello, hay que referirse al extremadamente coherente documento: “The U.S. State Department/U.S. Agency for Internacional Development Joint Strategic Plan for the years 2007-2012. Transformantional Diplomacy” .

El enfoque integral aplicado al plan es de libro. En el gráfico superior se explicita la relación entre las metas estratégicas del Departamento de Estado y las tareas generales marcadas en la Estrategia Nacional de Seguridad. Conviene no perder nunca de vista lo declarado en el documento para entender lo que EEUU intenta hacer en cualquiera de sus zonas de interés.

Acerca de Kosovo, y otros asuntos secuestrados bajo la influencia ex-soviética, merece la pena leer completas las prioridades que se marca EEUU en Europa y Eurasia. Estas prioridades suponen una determinación clara e inevitable de competir –cuando no chocar- en zonas como Georgia, Moldavia, Ucrania y Balcanes con una Federación Rusa cada vez más activa y dinámica.
Esta confrontación que ninguno va a eludir también se apunta claramente en “Russian Security Strategy under Vladimir Putin: Russian and American perspectivas” del SSI Army War College. Al fin y al cabo mucha coherencia y transparencia en sus planteamientos para la zona en ambos casos.

De la página 48 del documento del Departamento de Estado destaco:

“Transformational Development in Europe: Our second priority is completing transformational work at Europe’s and Eurasia’s “frontiers of freedom.” Consolidating democratic reforms; securing a place in the Euro-Atlantic community for the countries of Eastern Europe, the Balkans, and the South Caucasus; anchoring Turkey in Europe; and peacefully resolving the lingering post-Soviet separatist conflicts are our unfinished business. While these countries have made strides towards democracy, they still confront the post-communist pathologies—including corruption, high unemployment rates, and, in some of them, widespread declines in health and education. Strengthening security forces and law enforcement (e.g., Kosovo) and border security (e.g., Georgia), as well as making investments in security cooperation (e.g., Ukraine) are important to lay the foundation for transformational development.
We seek to consolidate new democracies in Georgia, Ukraine, and Moldova by fighting corruption and assisting economic reforms. As these countries break with their Soviet past and move closer to European and Euro-Atlantic institutions, we need to continue to provide our support, encouragement, and technical advice. Elsewhere in Eurasia, people yearn for the hope kindled by the “colour revolutions” of 2003 – 2005, while the dictatorial regime in Belarus faces unprecedented pressure from both the West and Russia.
We continue to focus on the unfinished business of stabilizing the Balkans and anchoring them in Euro-Atlantic institutions. Supporting a final Kosovo settlement will entail infrastructure development, institutional reform, and debt relief, as well as additional reform and development assistance in neighbouring areas. We intend to remain heavily engaged in Serbia, Montenegro, Albania, Bosnia, and Macedonia to mitigate spillover effects of the Kosovo outcome, and to promote accountability for war criminals, cooperation with international and domestic tribunals, and arrests of all indictees.”


Gas ruso y Europa del Este.

En definitiva EEUU va a luchar por incorporar a cuantos más estados mejor al entorno euro-atlántico mientras que la Federación Rusa va a luchar por mantenerlos bajo su influencia. En realidad, la congelación del conflicto kosovar ya les está otorgando bastante ventaja: “Russia plans controlling Serbia oil, gas”.

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