Blog de seguridad y defensa

jueves, 9 de octubre de 2008

Modernismo y bofetadas.


No se acostumbra a hablar de política (con p minúscula) interna en este blog porque no gusta al que aquí escribe. Es un campo que no me parece limpio y, en general, cualquiera que en él entra acaba tiñendo su alma de grises bajezas. Sin embargo hoy voy a hacer una excepción. Hoy hay nueva Ministra de Defensa y la ocasión lo requiere.

"Contigo abandonamos el miedo a los militares para verles haciendo misiones de paz por el mundo en nuestro nombre".

"Los catalanes no olvidamos ni cuando nos insultan ni cuando nos ayudan, Felipe".

"Queremos luchar en una sola guerra, la guerra contra la hambre, la pobreza y las enfermedades".

Carmen Chacón, 6 de marzo de 2008, mitin
central de la campaña en el Palau Sant Jordi
de Barcelona, junto a Zapatero y González.

Carmen Chacón, la niña de Felipe González, como ella misma se autodenominaba. Un currículo impresionante, idiomas, 37 años, catalanista, socialista, experta en educación y del círculo de confianza más estrecho del Presidente.

Todo ello -currículo, ideas, género y mítines- muy respetable como parte de la España que es, pero un perfil completamente inadecuado para el puesto que desempeñará. Una auténtica bofetada en la cara de la cúpula militar. No por ser mujer, ni por su catalanismo, ni por su pseudo-pacifismo, ni por su falta de experiencia; simplemente por su discurso ideólogico anterior. En el fondo, sólo importan los principios y las ideas. Y siendo respetables los de todos, a veces algunos no son compatibles con ciertas responsabilidades.

Deberá saber Doña Carme que aquellos militares que tanto le asustaban son los generales que la rodearán ahora. Entonces, en 1982, ya eran capitanes y comandantes con unos cuantos años de servicio.

La anterior legislatura comenzó con un españolazo-estrella al frente de Defensa, ésta empieza con la estrella catalana ascendente de Carme. El Presidente sabrá el porqué. No dudo que le ha dado instrucciones precisas.

En materia de defensa se necesitan reformas de calado, sin duda. Pero me temo que no son precisamente en las que está pensando nuestro Presidente.

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