Blog de seguridad y defensa

lunes, 22 de octubre de 2007

Cartuchos de papel.

La historia hace presente lo pasado, cercano lo distante, notorio lo secreto,
perpetuo y casi eterno lo caduco; constante lo voluble,
y ofrece a la vista muchas veces lo que se vio sólo una vez y aún apenas alguna.
La historia renueva lo viejo, acuerda lo olvidado,
resucita lo difunto y (…) devuelve a las cosas su antigua forma…”
Fray Jerónimo de San José. “El Genio de la Historia”.


Hoy hace 202 años arribaban a estas playas gaditanas cientos de muertos y heridos procedentes de uno de los mayores y más absurdos sacrificios de la historia de España y de su Armada. Desgraciadamente hubo algunos más. El desastre de Trafalgar fue la culminación de una política mezquina de uniones, intereses bastardos y cobardías que nos llevaron a aliarnos con quien apenas tres años después combatiríamos por todos los campos de España.

Nuestra Armada, abandonada y desentrenada, luchó con honor por su Nación y su Rey, aún sabiendo que la derrota era inevitable.

Hoy sólo cabe preguntarse desde cuando era tan desastrosa la situación de la Armada española y cómo llegó a ella. La respuesta es sencilla, fue la llegada de un rey débil e incompetente, Carlos IV, junto con su Ministro favorito, Godoy, los que llevaron en menos de diez años a una Armada poderosa y temible a ser un mero títere de los franceses, en un estado de dejadez lamentable, con una marinería carente de entrenamiento, que no recibía sus salarios y sin ninguna inversión en artillería. Complacencia e irresponsabilidad a raudales.


El general Álava informó el 6 de agosto de 1805 sobre la falta de pericia de los artilleros de la flota y pedía dinero para remediar las carencias:
"En la revista de inspección que acabo de pasar a los navíos “Bahama” y “San Leandro”, me pareció conveniente hacer que se representase el simulacro de un combate de mar practicándose el ejercicio de cañón á fuego para poder formar juicio del grado de instrucción en que se hallan los equipajes, mas como era la primera vez que disparaban artillería, ocurrieron adversos defectos de entidad, producidos por falta de tales ejercicios, como el introducir algunos los cartuchos por el revés, dejar otros dentro el atacador, etcétera. Esto me ha hecho conocer la necesidad absoluta de que se verifiquen una y otra vez en los navíos estos ejercicios que no están en uso, y que por este motivo lo participe á V. E. por si mereciese su aprobación ésta providencia, y el consuno de la pólvora adicionada que podrá este efecto pido al Departamento, disponiendo que se hagan cartuchos de papel y de sola la mitad de la carga ordinaria con el fin de economizar gastos".

España tuvo 1022 muertos y un número aproximado de 1900 heridos. Hoy parece que la batalla sigue olvidada.

¡Honor y gloria para todos los que allí combatieron!

1 comentario:

  1. Cuando llegaron las noticias de la batalla a Ferrol, todo el pueblo quedó consternado: cientos de las víctimas eran de la comarca. En la catedral de San Julián, las autoridades organizaron una misa, a la que se sumaron miles de paisanos. Muchas personas trajeron a la catedral los instrumentos del oficio que los muertos habían ejercido antes de ser alistados: los pescadores traían redes, los obreros sus herramientas...fue un momento terrible. El almirante, presente en la ceremonia, parece ser que fue linchado un par de años después (desconozco los motivos; tampoco puedo citar la referencia, lo siento; probablemente algún artículo en La Voz de Galicia).

    Sin embargo, en Ferrol es difícil encontrar algo relacionado con Trafalgar. Tenemos una calle Rochelle, una plaza de El Callao, el monumento a Méndez Núñez, cruces en la Iglesia de San Francisco con los muertos del Baleares y del Reina Regente...pero ahora mismo no recuerdo nada concreto asociado con Trafalgar. En esta ciudad, no deja de resultar curioso.

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