Blog de seguridad y defensa

sábado, 17 de mayo de 2008

Gates y sus prioridades.

Creo que no nos damos cuenta de quién es el Sr. Gates y la trascendencia que tienen sus mensajes. Este hombre -que sirvió 26 años en la CIA y llegó a mandarla- está a la cabeza de la maquinaria de defensa más poderosa de la historia, tiene en sus manos sistemas de armas que podría destruir 2500 veces el planeta, es el responsable de proteger militarmente los intereses de la superpotencia que ostenta la hegemonía global, aquella que sufre y combate todo tipo de riesgos y amenazas, de todo rango, a lo largo de todo el planeta; por eso y por algunas razones más, es muy recomendable analizar con detalle sus palabras.

¿Y qué preocupa al Sr Gates? Pues leamos del Discurso del Secretario de Defensa de EEUU ante el Business Executives for National Security (Washington, DC) en agradecimiento por el premio Dwight D. Eisenhower que le ha sido concedido cuales son sus prioridades como Secretario de Defensa de EEUU:

My priorities are focused on better supporting our troops in combat and include:
- Sending more intelligence, surveillance, and reconnaissance assets to Iraq and Afghanistan;
- Providing troops the best possible protection on dangerous roads in Iraq and Afghanistan; and
- Improving outpatient care and support for our wounded.”

Sin comentarios posibles, tres prioridades para el Secretario de Defensa de EEUU: inteligencia, la protección de la fuerza y el apoyo a los heridos. Curioso, nada de flotas nucleares, ni de escudos anti-misiles, nada de networks ni de comunicaciones satélites, nada de terrorismo o insurgencia ni de cultura de defensa; sólo la información, la protección de sus hombres y la moral. Puede parecer simplista, yo diría que es cuestión de principios, pero sea como sea da que pensar.

“Each [priority] goes directly to our profound, even sacred, obligation to do everything we can to support the men and women currently fighting on the front lines – people like the four we recognized tonight - to see that they are successful on the battlefield and properly cared for at home. These needs require the Department to focus on the reality that we are in the midst of two wars and that what we can provide our soldiers and commanders three or four years hence isn’t nearly as important as what we can provide them today or next month. In each case, there was some sort of leadership shortcoming:
– A lack of vision or sense of urgency;
– An unwillingness or hesitancy to upend assumptions and practices that have accumulated in a largely peacetime military establishment; and
– An assumption that the war would soon be over and therefore we shouldn’t impinge on programs that produce the kinds of equipment and capabilities that probably would not be needed in today’s combat.”


Cada una de estas prioridades las dirige el Secretario hacia la “incluso sagrada” obligación de hacer todo lo que sea posible para apoyar a los hombres y mujeres que luchan en los frentes. Esto requiere, según él, que el Departamento de Defensa se conciencie de que aquel material con el que dotarán a sus soldados y comandantes dentro de tres o cuatro años no es tan importante como aquello con lo que les puedan dotar hoy, o el mes que viene.

Sobre estos asuntos el Secretario detecta tres deficiencias en la cúpula del departamento: Falta de visión o sentido de lo urgente, falta de voluntad para romper prejuicios y prácticas que se han ido acomodando durante un largo tiempo de paz en un la institución militar y una creencia generalizada de que la guerras actuales acabarán pronto. Ya no tan simplista -de nuevo desde luego curiosa- afirmación si se tiene en cuenta quién la pronuncia. ¿Les suena alguna?

“A common mantra at Defense is that the rest of the government isn't at war. Well, a lesson I learned fairly early on was that important elements of the Defense Department weren't at war. Preoccupied with future capabilities and procurement programs, wedded to lumbering peacetime process and procedures, stuck in bureaucratic low-gear. The needs of those in combat too often were not addressed urgently or creatively.”

Dice el Sr Gates que una lección que aprendió recién llegado a Defensa es que había muchos elementos del departamento que no estaban en guerra. Preocupados los dirigentes por capacidades futuras y largos programas de adquisición, atados a torpes procedimientos de tiempo de paz, atascados en burocráticos modos de funcionamiento, según afirma, las necesidades de aquellos que estaban en combate demasiado a menudo no eran satisfecha ni urgente ni creativamente. ¿Les suena de algo?

Acerca de la segunda prioridad (protección de la fuerza) -¿cómo no?- vuelve con la matraca de los MRAP (la primera prioridad del departamento en lo referente a adquisicionese desde su llegada). Porcentajes de supervivencia de los soldados en MRAP con respecto a los humvees y a los carros frente a minas e IEDs, la buena acogida por las tropas y demás. De los porqués que encuentra al retraso en su adquisición resalto:

I believe that one factor that delayed the fielding was the pervasive assumption I referred to earlier – and this applies to all three issues I’m discussing today – that the wars in Afghanistan and Iraq would not last long: that regimes could be toppled, major combat completed, the insurgency crushed, and most U.S. troops withdrawn fairly soon. The fact that these vehicles – which cost over a million dollars each – could potentially compete with other, longer-term, procurement priorities geared towards future wars probably was also a factor”.

Es decir, falta de visión sobre cuales y cómo de largas serían las guerras que les tocaría luchar, y la presunta competencia que hacían los MRAP a los grandes y largos programas de adquisición de defensa. ¿Les suena?

El Secretario Gates tiene sus prioridades claras, arremete contra las inercias del establishment militar, contra cierta falta de visión estratégica, contra las burocracias inoperantes y advierte sobre los peligrosos grandes programas armamentísticos con indescifrables intereses industriales. Curioso si volvemos a tener en cuenta que está hablando el que decide sobre las compras del consumidor más importante del mundo (las FAS de EEUU).


Desde luego Gates no es Rumsfeld, y oyéndole se entienden determinadas decisiones sorprendentes. Puede que el Secretario Gates esté equivocado en la receta –yo no lo creo-, pero es indudable que ha hecho una disección del enfermo antes de intervenirlo. Al menos tiene consciencia de que hay una enfermedad y trata de ponerle remedio. Como se puede observar en la foto, las voluntades y decisiones políticas claras tienen inmediatas consecuencias. Sólo hace falta tener prioridades meditadas.

3 comentarios:

  1. Y si en 2009 cambia la administración a demócrata el que entre en defensa seguirá por el mismo camino y no paralizará lo urgente hasta enterarse de como van las cosas y a ver si su región puede trincar algo.

    ResponderEliminar
  2. Como él dice no es importante lo que pase dentro de un año, lo importante es lo que pueda hacer por sus FAS mañana por la mañana, y el mes que viene. En dos años habrá pasado de 400 a 5000 los UAVs en servicio y de 0 a 15000 los MRAPs.
    Se podrá estar de acuerdo con él o no, pero no se le puede negar limpieza y claridad en sus ideas.
    Y las ideas de un político acaban en acciones cuando son firmes y claras.
    Y lo que venga, vendrá.

    ResponderEliminar
  3. Me temo que para tener estas prioridades, hay que tener una carrera como la de Gates: Fuerza Aérea, Vietnam, CIA... Un hombre que ha mandado hombres y mujeres en situaciones peligrosas durante años.
    Alguien que sabe como se vertebran las lealtades en los Ejércitos, o en la vida.

    ResponderEliminar