"La condición esencial del que ejerce mando es su capacidad para decidir;
su acción más eficaz se logra por el prestigio, la exaltación de las fuerzas morales
y la manifiesta preocupación por sus subordinados; siendo el que manda
modelo del que obedece, ha de ser ejemplo de virtudes militares."
Artículo 77 de las Reales Ordenanzas de
las FAS (1º dedicado al ejercicio del mando)
El próximo 23 de junio acudirá a declarar a la Audiencia Nacional el Almirante General D. Antonio Moreno Barberá, Ex-Jefe del Estado Mayor de la Defensa cuando se produjo el accidente del Yak-42, el 26 de mayo de 2003. El mismo día está citado el Teniente General D. Juan Luís Ibarreta, Ex-Jefe del Estado Mayor Conjunto en aquella época. Al día siguiente deben acudir el Vicealmirante D. José Antonio Martínez Sáinz-Rozas, ex-Jefe de la División de Operaciones del EMACON, el Coronel D. Joaquín Yáñez González y el Comandante D. Alfonso Elías Lorenzo Tabeada.
Los tres últimos formaban parte del Grupo de Control del contrato firmado con la agencia NAMSA de la OTAN para el traslado de las tropas a Irak o Afganistán. El juez (el auto completo aquí) imputa a todos ellos por su posible responsabilidad en 62 delitos de homicidio imprudente por las responsabilidades (no ejercidas) que tenían en el control del contrato efectuado con NAMSA para el traslado de nuestras tropas a Afganistán.
Advierto que no es fácil escribir sobre este asunto ya que conocía a alguno de los fallecidos y eso siempre influye decisivamente en las opiniones; eso te hace siempre tener un nudo en la garganta que no es fácil de obviar. Aún así intentaré ser lo más respetuoso posible con todos.
Creo que, independientemente del resultado del proceso, la imputación de la cúpula de defensa de entonces no ha tenido la repercusión que posiblemente hubiese alcanzado si el ex ministro Trillo hubiese sido imputado también. Las razones son obvias, pero no justas. Él -Trillo- parece permanecer tranquilo. Ya veremos. Independientemente de si se le imputa o no, el asunto es de mucha gravedad, no es justo que se pase por encima de la noticia sin cierta alarma. Sobre el uso político que se haga de todo esto sólo diré que me apena profundamente cada vez que alguien lanza víctimas –sean de la clase que sean- contra otros para obtener beneficios/ventajas/argumentos político-electorales; en realidad creo que no es pena, en uno u otro sentido, el sentimiento primordial que me invade es el de REPUGNANCIA.
Pero vayamos a lo que a mi juicio es importante en lo tocante a lo militar. Que se impute por homicidio imprudente a los más altos responsables de la defensa -todos ellos oficiales, de estado mayor, con altísimas responsabilidades en la cúpula de la defensa militar- por presunto incumplimiento de sus responsabilidades es gravísimo. Algo está yendo muy mal en las FAS si finamente se les encuentra responsables. Significaría que unos señores oficiales –de la más alta graduación, responsabilidad y supuesta preparación- habrían olvidado el sagrado deber de velar por sus hombres y, pese a conocer las quejas e informes de sus subordinados sobre la inseguridad y el riesgo que entrañaban aquellos vuelos, los pusieron en riesgo gratuitamente por negligencia, o incompetencia, o autocomplacencia, o cobardía, o por todo ello junto.
Por mi parte, anoto en mi libreta de enseñanzas importantes que tras los papeles, asesoramientos, propuestas y decisiones que se adoptan en los tranquilos y competitivos despachos de los estados mayores, en el lujoso Paseo de la Castellana, o donde sea, hay vidas. Hay vidas de hombres y mujeres que confían en sus mandos.
Nunca un oficial debiera olvidarlo por muy alejado que esté de las operaciones. Nunca se debe permitir que el silencioso clamor que uno escucha al mirar a los ojos de los hombres que manda, se convierta en un lejano rumor apenas perceptible. Cuando eso ocurre, el fracaso moral está asegurado.
Siempre he sido partidario de la enseñanza detallada, a modo de vacuna, del Desastre de Annual a los futuros oficiales, de explicarles cómo algunos que lo fueron antes que ellos, robaron y huyeron, de cómo algunos se deshonraron y provocaron la muerte de miles de hombres que España había puesto bajo su mando. Hay otras personas que no opinan lo mismo, creen que lo mejor es obviarlo.
Quizás, si al final se demuestra la responsabilidad de estos altos mandos militares en este caso, haya que explicárselo con detalle a las generaciones venideras de oficiales de estado mayor y de generales. A modo de vacuna también. Seguro que habrá otros que crean que lo mejor sea esconderlo bajo el manto de las verguenzas. Yo no lo creo.
Sea como sea, aquellos que no son capaces de remediar la situación de nuestros blindados y exponen a los nuestros a riesgos innecesarios por negligencia, o incompetencia, o autocomplacencia, o cobardía, o por todo ello junto, deberían tomar también nota. Las decisiones tomadas tienen siempre un altísimo precio al final de la cadena. Y a alguno se lo pueden hacer pagar muy caro cuando se demuestra que se tomaron a pesar de poner en peligro las vidas de las que son responsables.
"El pueblo que no se siente ante sí mismo deshonrado por la incompetencia de su organismo guerrero es que se halla profundamente enfermo e incapaz de agarrarse al planeta." Ortega y Gasset. "Nación y Ejército" (El Sol, 1922)
¡Que razón tienes! En 1921 los militares culparon del desastre a los políticos. Hoy día harán lo mismo. Y sibien es cierto que los políticos de 1921 tenian su responsablidad, y los de hoy día tambien. Eso no debe servir de escusa para eludir las responsabilidades de más de un general.
ResponderEliminarDesde luego es duro reconocer lo que haces. Si la culpa, como parece, no fue del político de turno y sí de los propios militares (compañeros/superiores)sería gravísimo. Habrá que estudiarlo bien:
ResponderEliminar- ¿Tuvieron más opciones?
- ¿Ellos contrataron lo que les dijeron?
- ¿Estaban tan saturados de trabajo que no le pudieron prestar la atención y tiempo necesarias?
....
y tantos otros interrogantes/atenuantes
Pero, desde luego, una cosa hay clara, quejas hubo y con anticipación suficiente para que se pudiera haber evitado este desastre.
Descansen en paz
Por mi parte espero que, si bien esto no servira para devolvernos a aquellos buenos hombres, si que sirva para que en el futuro los mandos sientan que los butacones de sus despachos "pican" un poco. Que no solo estan alli para disfrutar de una prevendas, sino para mandar y cuidar de buenos hombres.
ResponderEliminarA mi no me parece bien relaccionar este asunto con el de los MRAP. No me parece bien porque sonaria a la vieja cantinela de que si algo esta mal, lo tuyo esta peor. No es justificacion. Los problemas tienen que solucionarse individualmente. Unos tendran que presentar cuentas y los otros tambien, pero relaccionarlos no es mas que otra vuelta de tuerca al "no, si esto es como siempre".
Pues si, esto es como siempre; o al menos como lleva siendo unos años en los cuales hay algunos que parecen haber olvidado que, como dicen las Reales Ordenanzas para las FAS, la responsabilidad en el ejercicio del mando ni es renunciable ni es compartible. Lo cierto es que cada decisión o cada omisión debe tener un responsable que debe hacerse cargo de la decisión adoptada.
ResponderEliminarQuien por acción u omisión esté evitando que nuestros soldados tengan la protección que se merecen deberá hacerse cargo de sus responsabilidades; maximé si además es el que les ordena estar allí sin los medios adecuados.
La relación del asunto del Yak con los MRAP es de la máxima actualidad, ya que al final es lo de siempre: decisiones tomadas sin tener en cuenta cuales serán las consecuencias y de las que luego nadie quiere ser responsable.
Al final los jueces (que no los políticos) serán los que decidan
Fueron sus propios compañeros los que les vendieron, los que les denigraron y humillaron quitándoles toda dignidad hasta después de mueros y todo por poder, dinero y posición. Ahora bien, ¿quién les dio la orden??? ¿quién es más culpable, el que lo hace o el que lo consiente???
ResponderEliminarMe avergüenzo de este País que por cierto tanto quería mi hermano.
Belén González Vicente
Hermana TTE. Mario González Vicente fallecido en el evitable accidente del Yak-42.