Como decíamos ayer...
Que el gas sería el arma estratégica rusa contra Europa era bien conocido y advertido desde hace muchos años, en muchos foros y lugares. Han pasado la friolera de 14 años desde que en este blog se escribió sobre El lento jaque de Rusia a Europa. Desde entonces nada se hizo. Es más, nuestra extrema dependencia del gas ruso se incrementó tras la invasión de Crimea en 2014. Con dos grandes, Alemania e Italia, a la cabeza.
No contenta con esto, Alemania decidió apostar también por el Nordstream 2 en contra de la opinión de casi todos sus aliados. Más madera y dialogo, dijo Merkel...con Schroeder y una pléyade de ex-primeros ministros europeos apoyando a Rusia, y algún que otro monarca intermediando a placer y a favor de otras empresas. Y es que Putin ha comprado muchos apoyos y voluntades en los últimos 20 años a lo largo y ancho del planeta. Es un gran conocedor de las debilidades del ser humano, especialmente de los occidentales, siempre proclives a la avaricia desmedida y codiciosos de poder e influencia. Como él mismo.
Pero para entender más en profundidad la soga que Rusia ha ido anudando en el cuello europeo, además de las cifras globales, es quizás mas relevante estudiar el peso relativo de ese gas en el suministro energético de cada país, así como el índice global de vulnerabilidad que se deriva de ello:
Cuestiones ideológicas aparte, posiciones como la de Hungría son reveladoras. Igual de esclarecedor que estudiar los recorridos de los principales gaseoductos que cruzan Ucrania, por donde pasa el 80% del gas ruso a Europa, y dónde se sitúan las reservas contrastadas de gas y petróleo en Ucrania:
Pero con todo esto, esta entrada hoy no puede ni pretende ser un "ya lo dijimos"; ni tampoco un sesudo análisis de geoestrategia energética. El propósito principal de esta entrada es dar fe y denunciar la salvaje e injustificada agresión rusa sobre Ucrania. No hay ni una sola causa o razón geoestratégica (que en algún tiempo Rusia pudo tener) que justifiquen la barbarie y la destrucción que están generado. Tendrán que pagar por ello, Putin, las FAS rusas y Rusia, porque hoy toda Rusia es cómplice del asesino sátrapa que les gobierna. Y los Judas occidentales que se hayan vendido por 30 piezas de plata, también.
Permítanme finalmente hacer un humilde pronostico militar, que de eso sí sé un poco: Putin y las FAS rusas han cometido un gravísimo error estratégico. Invadir y controlar un país de 44 millones de almas de las dimensiones de Ucrania es una empresa que está fuera del alcance de las destartaladas fuerzas militares rusas y, por supuesto, de su raquítica economía. No será corto, ni exento de dolor y barbarie, pero estos hijos de perra, que Dios confunda, acabarán perdiendo en Ucrania, y Rusia al completo sufrirá las consecuencias. Sólo la decapitación del régimen salvaría a Rusia del pozo en el que se ha metido, pero eso es improbable en el corto plazo, desgraciadamente.
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